Agradezco
Agradezco de todo corazón,
las personas que me acompañaron a mí y a mi familia durante este trago tan difícil
como fue la muerte de mi suegra. El Señor
es grande y lleno de amor y misericordia.
Estamos tristes pero no en el abismo de la tristeza porque sabemos que
el Señor la tiene en su gloria. Ella fue un ejemplo de ser Católico
verdaderos para todos. Su devoción a la
Virgen y sus oraciones al Señor nunca faltaron.
No importaba el lugar o la hora, ella siempre oraba. Te vamos a extrañar, Talita, pero sabemos que
un día nos vamos a reunir todos de nuevo en el paraíso que Dios nos ha
preparado. Te veremos allá. Hasta Luego.
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